domingo, 25 de noviembre de 2012

ENRIQUE C.REBSAMEN


ENRIQUE C.REBSAMEN señalaba la importancia de contar con un método de enseñanza mas saludable que acabara con la antigua concepción de la educación: un libro, un maestro, un discípulo. Sugería imponer el arte de las preguntas y las respuestas, para el maestro propiciara el análisis profundo y sagaz. En su opinión la verdadera concepción de la educación era poner en contacto un pensamiento vivo con otro igualnota561.

Esta posición se mantuvo hasta los debates pedagógicos de 1920, en los que se intentaba "enseñar para la vida" como se muestra en el ejemplo del Estado de Tlaxcala, cuando el primer Director de Educación reiteraba a sus maestros la consigna de no leer
http://biblioweb.tic.unam.mx/diccionario/imagenes/imagen.gifdirectamente a los niños sino de transmitir y explicar el conocimiento de manera oralnota562 .

A pesar de estas opiniones, el libro de texto logró imponerse. Sin perder su espíritu éste ha conservado su definición inicial aunque ha sufrido ciertas evoluciones
nota563. Actualmente se le considera como una literatura compleja colocada y compilada por varias partes interesadas (especialistas, autores, editores, autoridades) con la intención de servir a un grupos de usuarios (maestros, estudiantes/alumnos), padres de familia, etcétera nota564

El libro de texto forma parte de lo que hoy se denomina material didáctico pues en la actualidad no representa el único instrumento al que el profesor puede recurrir sino que forma parte de una serie con la que puede ejercer su función docente –textos manuscritos, textos impresos, textos periódicos, documentos audiovisuales, educativos, etc.
Los libros escolares son empleados en la enseñanza pero no están ligados a una secuencia didáctica como los libros de textos que son elaborados ex profeso para la enseñanza y de acuerdo con los procesos didácticos específicos según la asignatura
nota565

Cualquier libro para niños es portador de ciertas implicaciones sociales, políticas e ideológicas, desde los de historia y civismo hasta los de ciencias naturales y matemáticas. Los libros como objetos de valor, están inmersos en una compleja trama de significaciones que van a impregnar de un determinado sentido al libro. Por una parte, las condiciones sociales de producción –las relaciones entre el autor y el editor, las agencias de distribución, las personas e instituciones a quienes está dirigido, el tipo de consumo que se hace de ellos (una compra o un regalo). Por otra parte, el conjunto de mensajes manifiestos y latentes que poseen, a través del lenguaje, las imágenes, los temas, las alusiones, las omisiones, las actitudes y las informaciones que promueven y el contexto en que las ubican.

Así pues, el libro de texto, considerado como un elemento de comunicación y de transmisión, es portador de una serie de representaciones sociales encaminadas a modelar comportamientos y a orientar conductas
nota566. Concebido como un instrumento de poder, el Estado se ha visto forzado a lo largo de su historia a controlarlo hasta poder orientar en su provecho su concepción y su uso. México, al igual que países como Algeria, China, Egipto, Irán, Marruecos, Siria, Túnez, la Unión de Myanmar (exBirmania), Vietnam y otros, han adoptado la edición de Estado y han ejercido un monopolio sobre su concepción, su redacción, su edición, su impresión y su difusiónnota567 .

Es con esta visión, que un grupo de investigadores, orientados en este campo de estudio, han recurrido al uso de los libros de texto como fuente de sus inspiraciones. Desde el libro pionero de Josefina Vázquez en los años 70, que abordó el tema del nacionalismo y la educación en México y que motivó la elaboración de algunas tesis de licenciatura; el seminario sobre la lectura de un equipo de investigadores de El Colegio de México, que incluyó también la lectura de revistas y periódicos en diferentes épocas de la historia mexicana, hasta los seminarios y publicaciones que han coordinado Carmen Castañeda y Luz Elena Galván
nota568. Actualmente el tema de los libros de texto sigue siendo una preocupación de los historiadores mexicanos que han abierto su perspectiva hacia otros caminos orientados al estudio de los libros de texto de diferentes disciplinas como la historia, las matemáticas, la lectura, las lecciones de cosas, el civismo, etc. o indirectamente a través del seguimiento los empresarios editoriales nota569.

Sin embargo, a pesar de la cantidad y calidad de estas investigaciones, creemos que el tema del libro de texto no está del todo agotado y aún posee muchas vetas por explorar. Como lo muestra la experiencia en otros países como España y Canadá, cuyo interés por el libro de texto ha llevado a los investigadores a establecer una red que sostiene un proyecto a nivel internacional y a dar a conocer a través del internet los fondos de una biblioteca al servicio del investigador interesado en estos temas
nota570.
I.-LIBROS DE TEXTO DURANTE EL SIGLO XIX EN MEXICO

Hasta después del movimiento de Independencia, la formación elemental seguía siendo un importante transmisor de valores religiosos donde el uso del Catecismo de Ripalda era el común denominador y donde el alumno seguía manejando de memoria el alfabeto leído y escrito y la tabla de aritmética. Ni antes ni después se concibió que el maestro fuera quien transmitiera sus conocimientos y mucho menos que estimulara cualquier proceso intelectual que no fuese la recitación. La enseñanza formal seguía siendo durante este período el mero aprendizaje textual de un libro o trozo de él donde el maestro sólo se encargaba de ver que la recitación se hiciera bien
nota571 .

Las ideas centrales en torno a los conceptos de paz, orden y progreso, provocaron que se dé en el terreno de los libros de texto, un enfrentamiento entre las ideas liberales y las nuevas ideas surgidas durante el siglo XIX. Aunque en el liberalismo ya se habla de ideas como el progreso, éste se entiende como algo espiritual. Se intenta caracterizar el clima educativo bajo los postulados de educación popular, laica, gratuita y obligatoria pero éstos no se encuentran insertos dentro de una doctrina coherente y sistematizada pues hay una gran diversidad de planes de estudio, de programas, de sistemas y de métodos
nota572 .

Será hasta el 2º Congreso de Instrucción Pública(1890-1891) que se tomarán resoluciones importantes en torno a los libros de texto. Para la Comisión de Enseñanza Primaria Elemental formada por ANTONIO GARCIA CUBAS, ENRIQUE C.REBSAMEN, ANDRES OSCOY y JUSTO SIERRA, el libro de texto representaba el auxiliar más fiel del maestro, su propia guía encargada de promover el desenvolvimiento integral de los alumnos mediante las verdades conquistadas y depuradas que atesoraba el texto. Para estos intelectuales, los libros de texto debían ser escritos breves, claros, precisos y económicos, elaborados por conocedores del tema que consagraran su cariño a la niñez y que fueran escritos conforme a los programas vigentes de cada disciplina y se adecuaran los conocimientos al grado de desenvolvimiento de los alumnos
nota573.

Libros de texto de varias disciplinas circularon por todo el país. A partir de 1905 el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes sugirió los mejores textos para los cuatro años de las escuelas de Instrucción Primaria Elemental del D.F. y Territorios Federales
nota574 (Véase Anexo 1anexo1e). Gracias a algunos trabajos de corte regional ahora sabemos que muchos libros heredados de la Colonia y otros, como los que se presentan en este anexo efectivamente circularon en las escuelas elementales y tuvieron larga vida hasta la llegada del libro de texto gratuito en los años 60nota575 .
1.-Las disciplinas escolares
El gobierno provisional de Manuel María Lombardini decretó el 31 de marzo de 1853 que se enseñara la doctrina cristiana en el Catecismo del padre Ripalda, en la Historia Sagrada por Fleuri, en las Obligaciones del Hombre por Escoíquiz, las reglas de urbanidad, la lectura, la escritura, la enseñanza de la aritmética las cuatro primeras operaciones en enteros, quebrados y denominados y elementos de Gramática Castellananota576

Con la separación entre la Iglesia y el Estado se establecieron los principios de la educación laica, gratuita y obligatoria . En 1861 se suprimió por primera vez la enseñanza del catecismo en las escuelas dependientes del erario. El gobierno liberal encabezado por Benito Juárez decretó que la primaria incluiría el aprendizaje de las siguientes disciplinas escolares: moral, lectura, lectura de las leyes fundamentales, escritura, elementos de gramática castellana, aritmética, sistema legal de pesas y medidas y canto; el sexo femenino aprendería además costura y bordado notsa577

En 1864, el gobierno imperial de Maximiliano promovió y apoyó la elaboración de textos nacionales, dandole importancia a aquellos que rescataran y estimularan el conocimiento de las lenguas autóctonas, fue así que dos ejemplares del Catecismo de la doctrina cristiana en lengua zapoteca y mixe le fueron enviados por el director del Colegio de Oaxaca
nota578
En 1867 la Ley Orgánica de Instrucción Pública para el Distrito Federal y Territorios, determinó que los ramos para la instrucción elemental se ampliaban y se agregaban rudimentos de física, de artes, química y mecánica prácticas, dibujo lineal, urbanidad, nociones de derecho constitucional además de los rudimentos de historia y geografía, especialmente de México; las niñas aprenderían además higiene en sus relaciones con la moral y labores manuales con el conocimiento práctico de la máquina de coser
nota579

Hacia finales del siglo el programa de la escuela elemental se había enriquecido pues comprendía la enseñanza de la Moral Práctica, la Instrucción Cívica, la Historia de México; la Lengua Nacional (lectura ,escritura y gramática); la Aritmética y la Geometría, la Geografía y las Lecciones de Cosas, el dibujo, el canto coral, los ejercicios gimnásticos y labores manuales para las niñas
nota580
Un gran número de textos escolares que respondieron a estos programas circularon durante el período. Algunos de carácter enciclopédico fueron útiles cuando no se contaba con los libros de texto de las otras disciplinas. Estos fueron escritos antes de las reformas educativas propuestas durante los congresos pedagógicos de finales del siglo. Las recomendaciones atendieron a la idea de que la educación en la primaria laica, gratuita y obligatoria debía ser uniforme y conforme al desarrollo de las facultades mentales de los niños de acuerdo con su edad cronológica.
Los libros de texto modernos como en el caso de los de lectura e historia, respondieron a la idea de que según el grado al que iban dirigidos cambiaban el tamaño de su letra, la intensidad de la tinta, la evolución gradual de los contenidos y la extensión de las lecciones
nota581 .

Una propuesta de esta enseñanza gradual puede verse claramente en la publicación de la Guía Metodológica para la enseñanza de la historia (1891) de ENRIQUE C.REBSAMEN. En el primero grado se introducía a los niños en la materia a través de la vida de grandes personajes; en el segundo se hacían relatos y conversaciones sobre dichos personajes; en el quinto año se ampliarían los conocimientos anteriores y en el sexto se sustituiría lo nacional por la Historia general
nota582 .
En el Amigo de los niños mexicanos, de Juan de la Torre, el autor se dirigía a los lectores como pequeños "amigos" para dirigir las actividades y en El lector moderno de García Purón, el autor dedicaba un apartado de "advertencias a los que enseñan"
nota583
También circularon traducciones y libros especialmente adaptados para los gustos de los niños hispanoamericanos. Por ejemplo, la serie de lecturas de Sara Louis fue traducida por Fernández Junco. Autores extranjeros como García Purón, Luis Mantilla y José Trigo escribieron también para los americanos. El libro de gramática de Herrera Quiroz adaptado para el Estado de México circuló inicialmente en las escuelas primarias de la provincia de Matanzas, Cuba desde 1870
nota584

El Mosaico Literario epistolar para ejercitarse los niños en la lectura de manuscritos, se publicó originalmente en España en 1866 y diez años después circuló una versión dedicada a los niños mexicanos. El objeto de este libro de texto era que los niños aprendieran a leer distintos tipos de letra manuscrita a través de diversos ejemplos en la correspondencia, en los textos literarios cortos, en documentos comerciales y en descripciones geográficas e históricas escritas por Joaquín Ribó, ANTONIO GARCIA CUBAS o Roa Bárcenas
nota585.

La Ley de junio de 1890 dividió los programas de estudio en tres ramos: de idioma, que abarcaba la enseñanza de la lectura y la escritura; de cálculo, que comprendía la aritmética y la geometría; y el de deberes, que incluía higiene , moral, urbanidad, así como constitución general. Además se impartían las clases de cosmografía, geografía, historia de México, lecciones de cosas, dibujo y canto coral. En todas las escuelas era obligatoria la clase de gimnasia, las excursiones mensuales al campo y para las niñas clase de costura.

Una de las innovaciones pedagógicas del porfiriato fue retomar la premisa central de que el conocimiento sólo es posible a través de los sentidos, mediante la observación y la experiencia con el uso de todos y cada uno de los sentidos, que le permitieran despertar en el niño como lo señalaba REBSAMEN "una idea clara de la realidad", donde la educación fuera un proceso donde se desarrollara la capacidad física e intelectual del individuo en forma equilibrada, es decir, no ejercitar la memoria en detrimento de la imaginación, "al conocimiento verdadero nos conduce tan solo la observación y la experiencia".

El método objetivo prevaleció desde entonces en la escuela primaria. Pretendía llevar al conocimiento en general a través de la observación de los objetos. Pedagogos como Manuel Guillé, indicaba que de acuerdo con este método, los profesores de instrucción primaria deberían escoger siempre aquellas ilustraciones del texto que fueran "las más precisas y convenientes para palabras normales" lo que demuestra que también tenía una aplicación práctica tanto en la lectura como en la escritura
nota586.

Con esta idea se pensó que el libro de texto adoptaría un papel secundario, sin embargo gracias a algunos trabajos de investigación podemos matizar esta idea pues el método objetivo se aplicará también en la edición sobre todo de los libros de texto de historia, geografía y lecciones de cosas
nota587 .

De esta manera, los libros de texto modernos que circularon durante el porfiriato estaban dirigidos al profesor a través de la indicación de una serie de ejercicios didácticos de expresión oral, de redacción, de descripción de imágenes, de tareas de ortografía y prosodia, etc. y a los niños a través de las imágenes. Una publicidad de las novedades de la Casa Editorial de la Vda. de C.Bouret presentada en la Revista Pedagógica México Intelectual señalaba sobre todo el valor de la cuarta edición "corregida, aumentada e ilustrada con un gran número de grabados (mas de 80) ...que ilustran los varios asuntos...representando héroes o personajes políticos, vistas panorámicas o de edificios, o cartas de la República en las diversas épocas de su historia"

A fines del siglo XIX a cada asignatura correspondía un libro de texto. Esto no significaba que cada alumno los tuviera. En el caso del Estado de México, el gobierno los repartía gratuitamente a la escuela de tal forma que los alumnos se los turnaran porque nunca fueron suficientes.

En las líneas que siguen señalaremos algunas características de los libros de texto que se usaron en el salón de clases.
RAMO DE IDIOMAS: LA LECTURA Y LA ESCRITURA
. Libros para la enseñanza de la lectura y la escritura.

Desde el siglo XVI hasta la primera mitad del XIX, la enseñanza de la lectura en México se llevó a cabo a través de cartillas o silabarios, catecismos y catones. En los establecimientos de la Amiga los alumnos aprendían primero a leer y años o meses después pasaban a la escritura y la doctrina cristiana con ayuda de la cartilla o silabario, el catón y el catecismo. La cartilla o silabario era enseñado a través del método individual que consistía en llamar a cada alumno y hacerlo pronunciar una letra impresa. La primera página de la cartilla tenía un grabado del niño Jesús, la maestra lo señalaba y el alumno respondía "Jesús y Cruz y la que sigue es...B" si indicaba una vocal o una consonante en la siguiente página. Pronunciar la letras era el deletreo y le seguían los ejercicios de sílabas y palabras.

Don Pedro de la Rosa en Puebla publicó una Cartilla que empezó a imprimir desde 1783. Contenía el abecedario en letras mayúscula, minúscula y sílabas, primero las combinaciones sencillas de consonante con vocal por orden alfabético y después las combinaciones de consonante más vocal más consonante y de dos consonantes más vocal. La segunda parte del texto contenía los conocimientos elementales de la doctrina cristiana. También imprimió en octavo la Nueva Cartilla de Primeras Letras, con advertencias y divisiones oportunas para la enseñanza, en 8 hojas sin foliar
nota588
Esta cartilla databa del siglo XVI y el privilegio exclusivo de imprimirla correspondía al Hospital de Indios, en 1641 pasó a la imprenta de Paula Benavides, en 1741 al Hospital de Naturales y a partir de 1783 a la Imprenta de Pedro de la Rosa de Puebla. La Cartilla o Silabario para uso de las escuelas costaba medio real (8reales= 1 peso). Sin tomar en consideración los gastos de papel, tinta, distribución y una ganancia adecuada, se calculaba que para cubrir el pago del privilegio (aproximadamente 2 500 pesos anuales), el impresor De la Rosa tenía que vender en 1783 por lo menos 40 000 cartillas anuales, lo que demuestra que circularon muchos miles de estas cartillas.

Después de la cartilla o silabario, los alumnos empezaban a leer el Catón Christiano o Catón español que explicaba la doctrina cristiana con advertencias políticas y morales dirigidas a los padres y a los maestros. Desde 1820 fue reemplazado por el Libro Segundo de los niños, de la Real Academia Española
nota589

Además del silabario, los alumnos más avanzados estudiaron la lectura en el Catecismo y exposición breve de la doctrina cristiana por el P. y Maestro Gerónimo de Ripalda cuyo éxito fue enorme gracias a su accesibilidad y bajo costo
nota590 . El texto del catecismo era breve pero con "profundidad teológica, pureza de doctrina y lucidez". Pasó de padres a hijos durante más de tres siglos como "el librito de oro que resume en sus páginas las verdades de la fe y las principales obligaciones de la Iglesia Católica impone a sus hijos". Un ejemplar localizado de 1802 tenía en la portado un grabado de Jesús Sacrificado y estaba dividido en cuatro partes: la primera contenía un calendario religioso, la segunda una oración al santo del día, la tercera, las declaraciones en forma de preguntas y respuestas de cada oración y la cuarta un examen y devoción para acostarse y levantarse y el acto de contricciónnota591 .
En marzo de 1853 se decretó que en todas las escuelas se enseñara doctrina cristiana con el Catecismo del Padre Ripalda, rezándola los niños todos los días, cuando menos media hora por la mañana y media por la tarde sin que ninguno de los maestros pudiera eximirse bajo la pena de cerrarles el establecimiento
nota592.

La cartilla o silabario que más circuló en México en el siglo XIX fue la que imprimió en octavo Alejandro Valdés. En la portada aparece un grabado de la Virgen de Guadalupe y al final del texto la imagen de un maestro enseñando a leer a dos niños. La cartilla presentaba 13 apartados con las vocales, los alfabetos y las sílabas en diferentes combinaciones. También incluía los diptongos y los números romanos, los signos de ortografía, los triptongos, la forma de persignarse y un soneto dedicado a la Virgen de la portada
nota593 .

El método de lectura empleado era, primero la memorización de las letras, luego de las sílabas en sus diferentes combinaciones y después la práctica en frases. Cada escolar leía y releía en voz alta su texto hasta que una vez interrogado diera prueba de su capacidad para recitarlo todo de corrido
nota594 .

En Chihuahua se imprimieron alrededor de mil cartillas, mil catones y mil catecismo de Ripalda aunque también circuló el Catecismo de la república o elementos del gobierno republicano popular federal de la nación Mexicana de Anselmo María Vargas, un texto de difícil comprensión para los escolares pues en 28 páginas, con letra pequeña y apretada, lenguaje denso y en ocasiones confuso, resumía en 16 lecciones y 8 capítulos el conjunto de planteamientos de la doctrina clásica republicana y federalista de Locke, Rousseau, Bentham y Montesquieu
nota595 .

Debido a la escasez de libros en las escuelas y a la necesidad de enseñar la doctrina cristiana también se usaron otros textos como el Catecismo de los padres de las escuelas pías, el Compendio de José Pintón, los Misterios de fe del padre Torrejoncillo y libros religiosos de Francisco Amado Pouget, Cayetano de San Juan Bautista, Cayetano García Navarro y Pedro Septién
nota596

Podemos comprobar el uso de estos textos a través del testimonio de ANTONIO GARCIA CUBAS quien recuerda que en las
http://biblioweb.tic.unam.mx/diccionario/imagenes/imagen.gifescuelas lancasterianas los textos escolares para la lectura corrida de las dos últimas clases eran el Tratado de las obligaciones del hombre y El Amigo de los Niños del Abad Sabatier traducido por Juan de Escóiquis, el Libro Segundo de la Academia, el Simon de Nantua, premiado en Francia en 1818 e introducido en México hacia 1824, el Mercader forastero, el Catecismo histórico del Abad Claude Fleri y las Fábulas de Samaniego y las de Iriartenota597 . Aunque en algunas escuelas también se usó el Libro de la infancia, tarducido del francés por Miguel Copínnota598

El Libro Segundo de los niños para uso de las escuelas por la Real Academia de Primera Educación publicado hacia 1840. Era un libro pequeño, fragmentado en unidades cortas y separadas que abordaban lecciones como el sentido de la interrogación, el sentido de la admiración, el sentido de la reconversión y de represión y el sentido de la oración. Su contenido religioso marcaba la tónica del texto cuya lectura debía hacerse a través de preguntas y respuestas
nota599 .

La enseñanza de la lectura y de la escritura fueron actividades separadas durante buena parte del siglo XIX. Dorothy Tanck (1988) afirma que esto se debió mas a razones técnicas y económicas que a razones de carácter pedagógico debido a que el papel era importado y por tanto escaso y caro; la tinta negra podía arruinar la ropa y el manejo de la pluma requería destreza y habilidad manual. De ahí la razón para reservar la escritura a aquellos que ya sabían leer. Este hecho provocó que muchos de los alumnos que abandonaron la escuela en los primeros años no pudieron adiestrarse en la escritura. Este fenómeno fue notorio sobre todo en el caso de las niñas pues generalmente en las Amigas, se les enseñaba a leer en el catecismo sin incluir la enseñanza de la escritura
nota600 .

Los métodos "antiguos" para enseñar a leer y después a escribir seguían una marcha sintética con el deletreo y el silabeo. Fue hasta 1883 que ENRIQUE LAUBSCHER introdujo en la Escuela Modelo de Orizaba el método simultáneo de la escritura y la lectura y de ahí se propagó a todo el país. A partir de 1890 la enseñanza de ambas se llamó en el Estado de México "idioma castellano" y a partir de la Ley de 1897, simultáneo para todo el país
nota601 .

Después del Congreso Pedagógico de 1889 se determinó el uso obligatorio de un texto de lectura para cada grado escolar. Al primero correspondía el aprendizaje de la lectura y la escritura por medio del método analítico-sintético y breves ejercicios de lectura mecánica. Los libros de segundo a cuarto año contenían ejercicios para el aprendizaje de la lectura mecánica, lógica y estética. En general, las lecturas debían ser graduadas, con diversos temas de moral, instrucción cívica, lengua nacional, lecciones de cosas, nociones de ciencias físicas y naturales, historia y geografía, que les harían más atractivos
nota602 .
En el Estado de México siguieron usándose durante todo el siglo XIX, el Silabario Metódico de San Miguel de circulación nacional y los de San Vicente, Oviedo aunque al mismo tiempo aparecieron nuevos libros de texto de lectura que enseñaron a los niños a leer y escribir de manera simultánea. Leticia Moreno(1999) los ha clasificado como libros enciclopédicos y libros modernos graduados y seriados. Al primer grupo corresponderían el Mantilla de Lectura escrito por Luis F.Mantilla y El Amigo de los Niños Mexicanos adaptado por el Dr.Juan de la Torrenota603 .

Luis F.Mantilla fue maestro de lengua y literatura en la Habana, Cuba, en la Universidad de Nueva York y miembro de la Real Academia Española. Sus libros fueron pensados sobre todo para los pequeños de habla hispana y en especial de Latinoamérica. Formado por tres libros de lectura, el primero tenía como finalidad introducir a los pequeños en el aprendizaje de la lengua a través de la enseñanza de la lectura y la escritura. El segundo libro buscaba perfeccionar la práctica de la lectura y la escritura siguiendo el método explicativo con la comprensión de la lectura y el tercero ofrecía una serie de ensayos, poemas, fábulas y otras obras de autores españoles e hispanoamericanos para los alumnos de los grados superiores.

El Mantilla
http://biblioweb.tic.unam.mx/diccionario/imagenes/imagen.gif como otros silabarios contenía además del método para enseñar a leer y escribir, pequeñas lecturas con estampas, con el objeto de atraer la atención del lector. Presentaba las letras mayúsculas y minúsculas con el ejemplo de una palabra escrita y una ilustración. Las lecturas eran variadas pues hablaban del campo o la familia y tenían un carácter moral. La primera edición de 1892 del primer libro fue editado por la Librería de Ch.Bouret. En 128 páginas presentaba 95 lecciones, las palabras para enseñar las letras estaban ilustradas con 147 grabados negros y 4 cromolitografías a color que respetaban las indicaciones de los congresos: caracteres claros, nítidos y en un papel apropiado para una mejor visión. Los ejercicios del libro insistían en el cuidado de la pronunciación correcta de las palabras y en la división silábica que tenía como objetivo educar el oído para aprender a escribir correctamente. Esta edición había sido aumentada con lecciones de moral y urbanidad con el fin de formar el carácter y la personalidad de los niños ejemplificando formas de conducta socialmente aceptadas y poniendo en el papel central de la escena a los propios niñosnota604

El Amigo de los Niños de Juan de la Torre, además de la lectura proporcionaban conocimientos de astronomía, geografía, historia, higiene, estaba formado por cuatro libros que correspondían a cada uno de los años escolares. El cuarto se editó para las escuelas mexiquenses en San Louis Missouri. En cortas lecciones, el autor mostraba la importancia que tenía la observación, la experimentación y el raciocinio para conocer las cosas y los hechos. Su objetivo era mostrar que la cosas científicas tenían una utilidad real, como en el ejemplo de las propiedades del agua. De corte rousseauniano contenía lecciones que motivaban a los niños a acercarse a la naturaleza, como fuente de trabajo y bienestar
nota605 .

Este libro estaba en la edición 19 en 1895 y se usaba en toda la República Mexicana para la clase de lectura y la de lecciones de cosas. En 250 lecturas se combinaban conocimientos científicos con máximas, relatos y fábulas con un contenido moral
nota606 . El libro de texto recomendaba ciertas reglas para una buena lectura: utilizar el tono adecuado, no descuidar las pausas de la puntuación, etc. Las lecciones eran breves –de media página- y abordaban temas como la biografía de personajes ilustres mexicanos y del mundo entero; documentos comerciales (letras de cambio, pagaré, etc.), descripciones geográficas, composiciones en verso, etcétera. Este libro se destinó únicamente al uso masculino pues existía la versión femenina a cargo del mismo autor. El libro no tenía ilustraciones que ayudaran a la comprensión pero sí se resaltaban los títulos escritos en mayúsculanota607
La particularidad de los libros modernos de lectura era que estaban seriados y graduados según el año escolar, la edad de los niños, sus intereses y su desarrollo intelectual
nota608 . Entre ellos encontramos
El Lector Mexicano de Torres Quintero y para el Estado de México los de Sarah Louise Arnold que también contenían cuentos, fábulas y máximas de moral, un texto que fue sustituido por el del Profesor Ricardo Gómez de la Casa Editorial Herrero Hnos. y El niño ilustrado de José Ma.Trigo.
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La serie de Libros de Lectura 2º, 3º. Y 4º, escritos por Sara Louis Arnold fue traducido del francés por Manuel Fernández Junco, especialmente editado en Nueva York para uso de los niños mexiquenses, en 1897. Con un carácter moral, las lecciones se estructuraban a través de preguntas que tenían como finalidad didáctica comprobar la comprensión del lector. Como su finalidad era el perfeccionamiento de la lectura se cuidaba la expresión oral y la buena dicción. Para ello se incluyó una lista de palabras que los lectores debían pronunciar despacio para distinguir los fonemas. Para perfeccionar la expresión oral se hacían ejercicios de descripción de láminas en voz alta. Cabe señalar la calidad de sus imágenes. El perfeccinamiento de la escritura se hacía a
http://biblioweb.tic.unam.mx/diccionario/imagenes/imagen.giftravés de la práctica con copiasnota609 .

El Lector Moderno. Libros 1º, 2º, 3º y 4º escritos por Juan García Purón también fueron editados especialmente para el Estado de México por la Appleton Co. De Nueva York. Se trataba de un libro para el perfeccionamiento de la lectura, seriado y moderno porque de acuerdo con un dictamen de la Academia Pedagógica de Toluca contaba con diversos caracteres de letras y buenas ilustraciones que les ayudan a los alumnos a desarrollar sus facultades inventivas, intuitivas y de observación a través de una serie de ejercicios iconográficos que proponía el autor. También se incluía la práctica de la escritura con ejercicios de composición y copias en letra manuscrita
nota610 .

El Niño Ilustrado de José Trigo ofreció a los lectores además de las lecciones morales, las de la naturaleza y las de la ciencia. En 133 páginas presentaba 24 lecciones donde el autor se planteaba como objetivo ilustrar a los niños con lecciones sobre los fluidos, el vapor, el hielo, los átomos, el trabajo del hombre, el movimiento de los cuerpos, etcétera. Las lecturas se presentaban en forma de relato cuyo eje rector era el principio de causalidad donde prevalecía una racionalidad científica positiva
nota611 .
Otro libro de lectura que circuló entre Guadalajara, León y la Ciudad de México fue el Mosaico infantil. Arte de Lectura u apólogos color de cielo. Nuevo libro de Lectura de José Rosas Moreno, destinado a los alumnos que ya dominaban el arte de leer. En él se abordaban las reglas del buen lector: dicción, pronunciación y claridad, así como las diferentes entonaciones y modulaciones adecuadas a un discurso, un poema o un guión de teatro. Este tipo de contenidos confirma la importancia de la lectura oral como una práctica frecuente
nota612

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